(OSV News) — La temporada navideña es sin duda ese momento del año esperado no solo por los más pequeños de la casa, sino por todos. Es un tiempo donde el frío invierno reina en buena parte de Estados Unidos, pero la calidez de compartir en familia llena las casas de los aromas de platillos de temporada y los corazones de alegría.
Las celebraciones vienen una tras otra desde el inicio de la temporada de Adviento. Y muchas familias y comunidades hispanas viven este tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús con diversas tradiciones, siempre unidos en la fe.
Una de las tradiciones de América Latina es el Día de las Velitas, celebrado por los colombianos el 7 de diciembre como antesala a la conmemoración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, celebrado por el mundo católico el 8 de diciembre. Muchas comunidades en los Estados Unidos y el mundo se unen para la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre, en honor a la Patrona de las Américas – con la peregrinación más grande siendo a su basílica en México.
Así mismo, otra tradición es la Novena de Aguinaldos, realizada desde el 16 al 24 de diciembre en países como Ecuador, Venezuela y Colombia, así como las posadas que se celebran en México, El Salvador, Guatemala y otros países latinoamericanos. Esta tradición conmemora a José y María y su viaje de Nazaret a Belén y su búsqueda de un lugar donde nacería el Hijo de Dios.
La comunidad de la Iglesia San Luis de Francia en la ciudad de La Puente, en el Condado de Los Ángeles, celebra estas fiestas con la integración de las comunidades presentes entre las que se destacan la hispana cercana al 90% y la filipina. “Nosotros comenzamos con el novenario a Nuestra Señora de Guadalupe del 3 al 12 de diciembre”, dijo el padre Michael Gutiérrez, párroco.
Después de la gran fiesta para la Virgen de Guadalupe, la parroquia celebra las posadas con la ciudad de La Puente, dice el padre Gutiérrez, quien nació en Los Ángeles y es de sexta generación. También celebran Simbang Gabi, que es una celebración filipina de nueve días de duración para la preparación de la venida de Cristo.
La tradición de las posadas formó parte de las iniciativas evangelizadoras de los misioneros agustinos en el siglo XVI, que dieron un nuevo significado a algunas de las prácticas prehispánicas en México para enfocarlas en el camino de María y José hacia Belén.
Hoy en día, las posadas comienzan al anochecer del 16 de diciembre y terminan con una Misa en Nochebuena. Incluyen una parada en determinadas casas, donde los feligreses (muchas veces niños) disfrazados de María y José se ven rodeados de otros fieles que cantan letanías esperando que el grupo dentro de la casa les dejen entrar. Son “rechazados” en cada casa hasta que la última les invita a entrar. El grupo se arrodilla en torno al belén y reza el Rosario, después cantan villancicos, comparten platos y bebidas tradicionales – como los buñuelos, tamales y atole — y rompen una piñata en forma de estrella.
Para Alejandro Aguilera-Titus, director adjunto del Subcomité de la Pastoral Hispana de los obispos de EE.UU.,tradiciones como las posadas están cargadas de simbolismos. “La piñata realmente representa el pecado, por eso las piñatas antiguas, las auténticas tenían puntas que representaban los siete pecados capitales, entonces lo que tú hacías era pegarle a la piñata como símbolo de qué querías romper con el pecado y cuando caían los dulces era la gracia de Dios que cae sobre ti”, dijo, agregando que el símbolo de tener los ojos vendados como creer ciegamente y con los ojos de la fe.
Este experto habló también de la celebración del arrullo del Niño Jesús, una tradición arraigada especialmente entre los mexicanos. “La acostada del niño, que tiene cierta dimensión de arrullo, no es que haya unas palabras específicas, pero ese gesto de acostar al niño es algo que sucede el 24 de diciembre”, explicó.
“La religiosidad popular, nuestras tradiciones como las posadas, como la cena de Navidad y muchas otras les dan a nuestros hijos una experiencia de Dios y de la Iglesia que se lleva a cabo en el hogar, dentro de la iglesia doméstica y también a nivel de la parroquia”, aseguró.
Este año la comunidad parroquial mayoritariamente hispana de la catedral San Fernando en San Antonio, Texas, marcarán el inicio de las posadas con su celebración anual de La Gran Posada, dijo el padre Carlos Velázquez, rector de la catedral.
Inician este multitudinario recorrido desde un parque ubicado a media milla de la catedral acompañando a María, quien se desplaza en el lomo de un asno, y a José. La peregrinación incluye paradas en un restaurante emblemático llamado Mi Tierra, el Palacio de Gobierno Español, el City Hall, la Corte y finalmente llegan a la catedral, donde se recibe con las puertas abiertas a María, a José, y a un nutrido grupo de peregrinos que han estado caminando y cantando villancicos.
“Es un momento maravilloso, no solamente para la comunidad de la catedral, sino para toda la ciudad y por eso le llamamos la Gran Posada”, comentó el padre Velázquez. “Son momentos de evangelización porque estamos proclamando una historia, que no solamente ocurrió una vez en el pasado, sino que está ocurriendo ahora en nuestro mundo. Hay muchos inmigrantes que van de un lugar a otro y que están tratando de entrar y que con mucha tristeza no son admitidos a veces”.
Este religioso creció en San Antonio y recuerda cómo sus abuelos lo llevaban a la celebración de las posadas cuando era niño. “Cargábamos unas lamparitas de metal que traíamos de México y que adentro tenían unas velas y había una procesión afuera de la catedral y luego entrábamos”, comentó. Otro de sus recuerdos eran la serenata en la catedral para rendirle honores a “la Morenita del Tepeyac”.
De otra parte, el padre Nicolás Sánchez, párroco de la Iglesia San Patricio en North Hollywood, Los Ángeles, dijo a OSV News que su comunidad parroquial, se destaca por el nacimiento o pesebre de gran tamaño que año tras año construyen de manera conjunta. “Hay figuras típicas que se ponen de los diferentes países, hay figuras mexicanas, guatemaltecas, nicaragüenses, salvadoreñas que han ido trayendo los parroquianos y todo eso forma parte de lo que es el ambiente y el paisaje del nacimiento”, contó el sacerdote.
Este gran pesebre busca “representar la diversidad que hay en nuestra parroquia, sea en la parte cultural, en la experiencia de la inmigración, todos van migrando hacia Belén”, dijo el padre Sánchez a OSV News. “Todos venimos a Estados Unidos con un objetivo, pero lo que nos reúne es la Iglesia, es Jesús”.
Así mismo él destacó la participación de su comunidad en las posadas son una oportunidad de llevar la presencia de la iglesia más allá de la parroquia. “Cada día un grupo o un ministerio organiza la posada y la vamos distribuyendo por los diferentes barrios”, dijo. “Celebramos la Eucaristía incluso ahí en el mismo barrio como una misión pastoral y misionera de nuestra Iglesia que va hacia fuera, invitando a las personas a prepararse con todo su corazón para la celebración de la Navidad”.
Como la mayoría de los hispanos católicos, esta comunidad parroquial se reúne para la celebración de la Misa de medianoche (a veces conocida como Misa de gallo) el 24 de diciembre, para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Previo a este encuentro solemne, comparten una cena de Navidad en comunidad.
El padre Sánchez destacó la alegría de la comunidad hispana, al tiempo que aseguró que su comunidad celebra “todo lo que es tradicional y costumbrista e intentamos que se haga desde la fe de un Jesús que nace en nuestra vida y que nosotros tenemos también que hacer que Él nazca en la vida de los demás”.
Marietha Góngora escribe para OSV News desde Bogotá, Colombia.
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