El 9 de junio, una semana antes de que la Conferencia de Obispos de Estados Unidos aprobara el Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino durante su asamblea plenaria de primavera en Orlando, Florida, el obispo Oscar Cantú de San José habló con OSV News sobre la necesidad de este nuevo plan, destacando algunas prioridades clave. Como presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos de los obispos, el obispo Cantú fue uno de los principales asesores en la compilación del plan. La siguiente entrevista ha sido resumida por su extensión y claridad.
Tony Gutiérrez: ¿Cuáles son algunos de los aspectos más destacados de este plan pastoral?
Obispo Oscar Cantú: Sin duda, el deseo de formación en varios niveles, formación específica en la fe y en el desarrollo de habilidades, desarrollo de liderazgo, especialmente para adultos jóvenes. Existe una cultura particular para los adultos jóvenes, en términos generales, y especialmente para los adultos jóvenes hispanos. Muchas de estas propuestas y recomendaciones ya están en marcha. Estoy pensando en el VEYYALI (Iniciativa de Liderazgo para Jóvenes y Jóvenes Adultos del V Encuentro).
El número de vocaciones de sacerdotes y religiosas hispanas no está en consonancia con el número de hispanos en Estados Unidos. Por lo tanto, reconocemos la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos en fomentar (vocaciones) de una manera culturalmente informada, porque hay realidades particulares que son culturales, socioeconómicas, e incluso legales en relación con la comunidad hispana y las vocaciones.
Además, es necesario llegar a aquellos que no participan en la Iglesia, la necesidad de evangelización, y de tener una voz continua en las estructuras de la Iglesia. Muchas veces, hay una comunidad de habla hispana vibrante que no tiene acceso a las estructuras, ya sea de la parroquia o de la diócesis.
Gutiérrez: Una gran mayoría de católicos menores de 30 años son hispanos o latinos. Los números son aún mayores cuando hablamos de los menores de 18 años. Estamos presenciando un cambio en el rostro de la Iglesia en Estados Unidos, moviéndose hacia esta nueva realidad. ¿Qué significa eso para la Iglesia en Estados Unidos?
Obispo Cantú: El hecho de que tuviéramos a 129 obispos presentes en la Asamblea Nacional del V Encuentro en septiembre de 2018 habla sobre la magnitud de cómo la jerarquía ha reconocido esta presencia. Fue después del “Verano de la Vergüenza” con los problemas de (ex cardenal Theodore E.) McCarrick (quien enfrenta cargos penales por presuntamente abusar sexualmente de un niño de 16 años) y la publicación del informe del gran jurado de Pensilvania (el cual revelo acusaciones contra más de 300 sacerdotes por décadas de abusos sexuales en diversas diócesis). La moral y el ánimo del clero y de nuestros obispos estaban por los suelos, y fue la comunidad hispana la que nos apoyó, nos animó, y nos exhortó mantenernos firmes en nuestra fe y liderazgo.
Tuvimos una velada con los adultos jóvenes. Un momento clave de esa noche fue cuando los jóvenes pidieron dar una bendición a todos los obispos presentes en la sala. Así que los obispos nos inclinamos y ellos oraron por nosotros, reconociendo que estábamos bajo mucho estrés en ese momento tan difícil para la Iglesia. Fue un momento hermoso y poderoso, y fue emblemático ver que los jóvenes católicos hispanos nos estaban fortaleciendo a través de la oración.
Hay mucha energía allí. Hay mucho talento. Hay mucha fe pura y devoción que requiere de recursos y apoyo de las diócesis, los obispos, y los pastores. Este plan presenta una guía para los próximos años sobre cómo hacerlo, cómo ofrecer a estos jóvenes católicos hispanos en nuestro país el apoyo que necesitan para brindar liderazgo en nuestras comunidades, nuestras parroquias, nuestras diócesis, y nuestra Iglesia Católica en el país.
Gutiérrez: A menudo, en el pasado, el ministerio hispano se ha confundido con el ministerio de habla española. Eso ya no es necesariamente el caso. Para muchos hispanos, especialmente los más jóvenes como yo, que crecimos aquí en Estados Unidos y hablamos español, el inglés sigue siendo nuestro idioma principal. Pero aún así, hay un deseo de conectarse culturalmente. ¿Podría hablar sobre ese fenómeno y cómo la Iglesia puede llegar a estos hispanos dominantes del inglés en nuestro país?
Obispo Cantú: Debemos reconocer un cuidado particular por este grupo porque las estadísticas muestran que este es el grupo que comienza a alejarse de la práctica de la fe y de la asociación con la Iglesia por diversas razones. En nuestros ministerios hispanos, necesitamos ofrecer recursos de manera bilingüe para dar la bienvenida a aquellos que se sienten más cómodos en inglés. Estructuralmente, también es importante que estos católicos hispanos que prefieren el inglés puedan adorar y participar en su fe a través de su propia cultura.
Gutiérrez: ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que se pueden aplicar estas recomendaciones a nivel parroquial, especialmente para aquellas parroquias que no tiene un ministerio hispano dominante o presencia en Misas en español?
Obispo Cantú: Estados Unidos, como lo fue hace 300 años, es una Iglesia de inmigrantes. Sigue siendo una Iglesia de inmigrantes, al igual que aquellos cuyos bisabuelos vinieron a Estados Unidos desde Europa buscando una vida mejor, oportunidades, tierra, trabajo. Las personas siguen viniendo aquí por esas mismas razones desde diferentes partes del mundo. Nos corresponde como Iglesia adquirir competencia intercultural para poder estar abiertos a estas comunidades. Incluso en una parroquia que actualmente es dominante en inglés, tener esa apertura y conciencia de que estas poblaciones están allí. Muchas veces, están presentes en la comunidad, pero no asisten a la parroquia porque no perciben servicios en su idioma o en su cultura.
Gutiérrez: ¿Podría hablar un poco sobre el papel que la educación católica podría desempeñar en el ministerio hispano y en la formación de la iglesia en la que nos encontramos ahora aquí en Estados Unidos?
Obispo Cantú: La creciente demografía de católicos en Estados Unidos fue la comunidad hispana, pero la participación en las escuelas católicas era desproporcionadamente baja, alrededor del 3%. El deseo era aumentarlo a alrededor del 5 o 6%, lo que significaría aproximadamente un millón de nuevos estudiantes en las escuelas católicas en todo el país.
Muchas veces, las escuelas católicas en América Latina son muy diferentes. No son escuelas parroquiales; son escuelas privadas y suelen ser bastante caras y se consideran instituciones elitistas en lugar de estar abiertas para todos. Por lo tanto, hacer que las escuelas católicas sean accesibles, tanto financieramente como culturalmente, ha sido un esfuerzo significativo en nuestras escuelas católicas. Esos esfuerzos deben continuar en el futuro.
Gutiérrez: ¿Qué significa hacer que una escuela católica sea accesible culturalmente?
Obispo Cantú: Pienso en mis propios padres. Ellos no hablaban bien inglés, mi madre prácticamente nada y mi padre un inglés muy limitado. Tener a alguien en la oficina principal que pueda recibirlos y darles la bienvenida en su propio idioma no es irrazonable. De hecho, es una muy buena decisión comercial tener a alguien que hable ese idioma.
Gutiérrez: En muchos aspectos, incluso aquellos que podrían dominar el inglés, se ven afectados por este problema particular de la inmigración en nuestro país. ¿Qué papel tiene que desempeñar la Iglesia y qué papel pueden desempeñar los católicos laicos en estos esfuerzos de defensa?
Obispo Cantú: Durante muchas décadas, los obispos han estado a la vanguardia en la promoción de una reforma migratoria integral. Estuvo muy cerca de tener éxito durante los años de George W. Bush. Desafortunadamente, no fue aceptado. Desde entonces, lamentablemente, nuestra política se ha vuelto mucho más divisiva. Pero debemos seguir hablando desde la perspectiva de la unidad de las familias, la perspectiva de la dignidad humana, la perspectiva de los derechos naturales de las personas y las familias para poder mantener a sus familias y buscar lugares donde puedan hacerlo si no pueden hacerlo en su país de origen.
Sin duda, el primer derecho es poder quedarse en sus países de origen. Sé que la mayoría de los que migran, esa es su preferencia; les encantaría quedarse donde crecieron. Pero si no pueden mantener a sus familias allí, entonces tienen un derecho natural a sobrevivir, a migrar.
Gutiérrez: ¿Hay algo sobre este plan pastoral que consideras importante que nuestros lectores sepan y que aún no hayamos mencionado?
Obispo Cantú: A un nivel más amplio, simplemente quiero señalar que los delegados del (V Encuentro) hace cinco años en Grapevine fueron un impulso para los obispos, espiritual y emocionalmente, con su apoyo claro y palpable en un momento muy difícil para la Iglesia. Eso es emblemático de algo más grande: que la comunidad hispana no es solo una comunidad que pide recursos, sino que también tiene muchos dones y está lista para contribuir a la Iglesia en general.
Tony Gutiérrez escribe para OSV News desde Arizona.
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